Museo de Orsay, Catedral de Notre Dame
Arquitectura del hierro:
Museo de Orsay y el pabellón de la Exposición Universal de Londres de 1851.
El museo de Orsay en París, es un edificio que ha sufrido distintas remodelaciones y usos. En principio fue palacio de Orsay, y tras su incendio se construyó la estación de tren de Orsay con una característica bóveda de acero y cristal. Su fisonomía actual se debe fundamentalmente a la proyectada por Victor Laoux (1850-1937) antes de la Exposición Universal de París de 1900. Debido a esta bóveda es un edificio que se sitúa en el período denominado “arquitectura del hierro”, aunque sus fachadas son de corte neoclásico, memoria de la edificación anterior, presentando materiales tradicionales como la piedra.
Museo de Orsay
Es su bóveda interior, que alojaría originalmente una terminal de tren, la que está realizada con estructuras metálicas y vidrio. Esta combinación de materiales y estilos también se produciría frecuentemente en otros edificios en ese período, resultando edificios de una arquitectura mixta entre lo clásico y lo innovador, y entre lo arquitectónico y la ingeniería, donde la arquitectura del hierro se ocuparía siempre de solucionar los grandes espacios diáfanos abovedados.
Pabellón de la Exposición Universal de Londres 1851, de Joseph Paxton
Joseph Paxton era un arquitecto famoso en la época, con gran prestigio por la construcción de invernaderos, experiencia que aplicaría directamente al proyecto del edificio para la exposición. La mayor complejidad para la construcción del pabellón eran las grandes dimensiones, hasta entonces desconocidas en un edificio que, además, estaba construido íntegramente en acero y vidrio. La primera ventaja será la utilización de piezas prefabricadas que se ensamblaron a pie de obra. Podemos calificarlo como el primer gran edificio industrial, con una superficie de 65.000 m2, construyéndose también en un tiempo récord. La clave del éxito fue una funcionalidad y efectividad desconocida hasta entonces, siendo otra de las grandes innovaciones la de tratarse de un edificio desmontable, de hecho ese fue su destino, siendo trasladado otra ubicación tras la exposición.
Los avances técnicos en la conformación de los perfiles de metal con procesos industrializados, además del cálculo de ingeniería empleado para conseguir explotar las cualidades de trabajo de este material, hicieron posible el diseño de estructuras en la época que cubriesen grandes espacios con una mínima cantidad de material, pudiendo utilizarse cualquier tipo de cerramiento, metálico, ladrillo, piedra, madera, pero que encuentra en el vidrio el mayor aliado, al mostrar las capacidades tecnológicas y de innovación de estas estructuras, con un cerramiento muy ligero, casi inmaterial a la vista, que deja pasar gran cantidad de luz. Será ésta combinación de hierro y vidrio, utilizada en la bóveda de Orsay, o en el pabellón de Paxton, la que obtenga así un resultado más llamativo e innovador. Capaz de explicar el logro tecnológico de las estructuras ligeras de metal.
Arquitectura gótica
La catedral de Notre Dame de París
El avance de la arquitectura gótica es más de concepto estructural que tectónico, pues los materiales estructurales serán fundamentalmente los empleados tradicionalmente: piedra y madera. Por tanto, está arquitectura se fundamentará en la manera de entender la edificación misma, el comportamiento de los materiales y elementos constructivos como arcos y pilares, en un proceso de síntesis y combinación de sus capacidades portantes. El resultado será un edificio cada vez más liviano y esbelto, capaz de cubrir grandes espacios, ganando altura y cubriéndose con una ligera membrana, pudiendo cerrarse lateralmente con vidrio. Un vidrio que permitirá una abundante entrada de luz coloreada, que adquiere matices profundamente simbólicos en esta arquitectura.
Catedral de Notre Dame de París
Ambas corrientes, en principio fuertemente polarizadas, quedaron representadas por la corriente francesa racionalista con Viollet le Duc (1814-1879) que defendía la lógica constructiva, y la alemana filosófica romántica que la interpreta en clave estética espiritual, representada con enorme repercusión por Worringer (1881-1965), o Max Dvorak. Ambas visiones, como elementos opuestos, comenzaron a estar superadas desde los estudios de Edwin Panofsky (1892-1965) que explica el gótico en su contexto histórico como expresión de unas necesidades culturales, o por George Duby (1919-1996) que, aunque retoma la idea de la interpretación simbólica de la luz, la entiende como principio organizador de la catedral estableciendo una conexión clara entre espiritualidad y estructura arquitectónica. Las últimas interpretaciones del gótico tienden a conciliar los diferentes enfoques: el racionalismo, las interpretaciones históricas y las simbólicas, así como un importante factor político asociado a la construcción de estas grandes edificaciones.
Relacionando arquitectura gótica y arquitectura del hierro
Como veíamos anteriormente, los materiales empleados en el gótico serán los tradicionales, con la excepción de la utilización del vidrio en grandes cantidades que, de manera novedosa, pasa a cerrar los grandes huecos que se generan al liberar la estructura de los muros de carga, formando así los conocidos ventanales con vidrieras. Estos elementos ponen de manifiesto de manera evidente las capacidades de los nuevos diseños arquitectónicos. Mientras que, en el caso de la arquitectura del hierro, la aportación será también tectónica en todos sus elementos, al emplear con nuevas soluciones constructivas el metal para la formación del propio edificio y no como elemento auxiliar, una propuesta sin precedentes en la arquitectura.
Museo de Orsay, Catedral de Notre Dame
Por otro lado, la arquitectura del hierro si parece encontrar un motivo suficiente de gestación en el empuje de la innovación, asociada ésta a la revolución industrial, a la máquina, al metal, a lo tecnológico entendido también como elemento estético que lo pusiese de manifiesto, con un fuerte vínculo con lo funcional y lo práctico, hecho por el cual quizás la mayoría de estas edificaciones encuentren una justificación y fin de utilidad, bien comercial o para el desarrollo de infraestructuras urbanas.
Museo de Historia Natural de Oxford
Aún así, entre las aspiraciones de ambas arquitecturas, catedral gótica y pabellón de hierro, podemos encontrar puntos en común: la búsqueda de una nueva espacialidad poniendo de manifiesto solamente los elementos estructurales de la edificación, generando espacios diáfanos, transmitiendo una sensación de ligereza lejos de la solidez de épocas precedentes, así como la luz filtrada por el vidrio, elementos que conforman su lenguaje arquitectónico produciendo construcciones muy estilizadas. Cabe recordar que esta forma de entender el espacio se fundamenta en la basílica romana y las primeras construcciones paleocristianas de las que son herederas, algo que puede apreciarse tanto en planta como en las secciones de alzado, con su composición en naves siendo la central más alta y ancha, así como su cubierta abovedada. Por tanto, es el interés en aligerar la construcción trabajando sobre un complejo sistema estructural, así como la utilización de la luz, los elementos que distancien definitivamente la arquitectura gótica y por extensión la del hierro, de la solidez de la arquitectura romana.
Basílica de Majencio en Roma, 306 d.C.
En cuanto a esta novedosa propuesta del gótico, de plantear la arquitectura desde una estructura que pasa a ser un equilibrio de fuerzas en vez de una masa construida estática, es una idea que se traslada a épocas posteriores e influencia de algún modo a las construcciones de la arquitectura del hierro, donde no serán pocos los ejemplos en los que se recurra incluso al historicismo de estilo neo-gótico para intensificar esta influencia, como puede verse en el caso del Museo de Historia Natural de Oxford (1855-1860).
Esta idea del equilibrio dinámico estructural, así como la búsqueda de los grandes espacios interiores abovedados y la forma de utilizar la luz, representadas por el gótico o la arquitectura del hierro, definirán también conceptos constructivos más recientes, donde en esencia la estructura y su comportamiento son ya el principio de toda edificación, valorando la arquitectura como expresión de su estructura, y donde a luz que construye los espacios interiores y modela los volúmenes, pasa a considerarse como un material fundamental en el proyecto de arquitectura.
Pabellón de la Exposición Universal de Londres 1851, de Joseph Paxton
Aún así, los edificios más representativos de la "arquitectura del hierro" serían edificaciones realizadas casi enteramente en metal y vidrio, como los conocidos pabellones o palacios de cristal de entre los que destaca, por ser el primer gran edificio de acero y vidrio, el realizado por Joseph Paxton (1803-1865) para la exposición universal de Londres en 1851, así como las grandes estructuras de ingeniería para puentes, torres y elevadores. Todas estas edificaciones buscarán de algún modo rasgos estéticos particulares, siendo uno de ellos muy común la exhibición de la estructura metálica como parte fundamental de su estética arquitectónica.
Joseph Paxton era un arquitecto famoso en la época, con gran prestigio por la construcción de invernaderos, experiencia que aplicaría directamente al proyecto del edificio para la exposición. La mayor complejidad para la construcción del pabellón eran las grandes dimensiones, hasta entonces desconocidas en un edificio que, además, estaba construido íntegramente en acero y vidrio. La primera ventaja será la utilización de piezas prefabricadas que se ensamblaron a pie de obra. Podemos calificarlo como el primer gran edificio industrial, con una superficie de 65.000 m2, construyéndose también en un tiempo récord. La clave del éxito fue una funcionalidad y efectividad desconocida hasta entonces, siendo otra de las grandes innovaciones la de tratarse de un edificio desmontable, de hecho ese fue su destino, siendo trasladado otra ubicación tras la exposición.
Los avances técnicos en la conformación de los perfiles de metal con procesos industrializados, además del cálculo de ingeniería empleado para conseguir explotar las cualidades de trabajo de este material, hicieron posible el diseño de estructuras en la época que cubriesen grandes espacios con una mínima cantidad de material, pudiendo utilizarse cualquier tipo de cerramiento, metálico, ladrillo, piedra, madera, pero que encuentra en el vidrio el mayor aliado, al mostrar las capacidades tecnológicas y de innovación de estas estructuras, con un cerramiento muy ligero, casi inmaterial a la vista, que deja pasar gran cantidad de luz. Será ésta combinación de hierro y vidrio, utilizada en la bóveda de Orsay, o en el pabellón de Paxton, la que obtenga así un resultado más llamativo e innovador. Capaz de explicar el logro tecnológico de las estructuras ligeras de metal.
Arquitectura gótica
La catedral de Notre Dame de París
La catedral de Notre Dame, 1163-1345, en París, es una edificación de estilo gótico, su nave central está realizada con bóvedas de crucería cuadripartitas, arcos fajones y formeros apuntados, muestra el sistema de nervaduras estructurales que permiten el reparto equilibrado de cargas hacia los pilares y arbotantes. Estas nervaduras, arcos y pilares se comportan como una estructura conectada, actúan conjuntamente unas con otras, de forma que se consigue una estructura prácticamente autoportante ya que puede mantenerse en pie sin necesidad de cerramientos, muros de carga, vigas o cerchas adicionales.
El avance de la arquitectura gótica es más de concepto estructural que tectónico, pues los materiales estructurales serán fundamentalmente los empleados tradicionalmente: piedra y madera. Por tanto, está arquitectura se fundamentará en la manera de entender la edificación misma, el comportamiento de los materiales y elementos constructivos como arcos y pilares, en un proceso de síntesis y combinación de sus capacidades portantes. El resultado será un edificio cada vez más liviano y esbelto, capaz de cubrir grandes espacios, ganando altura y cubriéndose con una ligera membrana, pudiendo cerrarse lateralmente con vidrio. Un vidrio que permitirá una abundante entrada de luz coloreada, que adquiere matices profundamente simbólicos en esta arquitectura.
Catedral de Notre Dame de París
Quedó durante algún tiempo como base de discusión y controversia, la cuestión de si la arquitectura gótica es fruto sólo de los avances técnicos que posibilitaron estas edificaciones, o si estos avances técnicos se produjeron por el deseo de realizar estas construcciones, es decir un objetivo formal y estético como desarrollo de una técnica arquitectónica que lo posibilitase.
Ambas corrientes, en principio fuertemente polarizadas, quedaron representadas por la corriente francesa racionalista con Viollet le Duc (1814-1879) que defendía la lógica constructiva, y la alemana filosófica romántica que la interpreta en clave estética espiritual, representada con enorme repercusión por Worringer (1881-1965), o Max Dvorak. Ambas visiones, como elementos opuestos, comenzaron a estar superadas desde los estudios de Edwin Panofsky (1892-1965) que explica el gótico en su contexto histórico como expresión de unas necesidades culturales, o por George Duby (1919-1996) que, aunque retoma la idea de la interpretación simbólica de la luz, la entiende como principio organizador de la catedral estableciendo una conexión clara entre espiritualidad y estructura arquitectónica. Las últimas interpretaciones del gótico tienden a conciliar los diferentes enfoques: el racionalismo, las interpretaciones históricas y las simbólicas, así como un importante factor político asociado a la construcción de estas grandes edificaciones.
Relacionando arquitectura gótica y arquitectura del hierro
Como veíamos anteriormente, los materiales empleados en el gótico serán los tradicionales, con la excepción de la utilización del vidrio en grandes cantidades que, de manera novedosa, pasa a cerrar los grandes huecos que se generan al liberar la estructura de los muros de carga, formando así los conocidos ventanales con vidrieras. Estos elementos ponen de manifiesto de manera evidente las capacidades de los nuevos diseños arquitectónicos. Mientras que, en el caso de la arquitectura del hierro, la aportación será también tectónica en todos sus elementos, al emplear con nuevas soluciones constructivas el metal para la formación del propio edificio y no como elemento auxiliar, una propuesta sin precedentes en la arquitectura.
Museo de Orsay, Catedral de Notre Dame
Por otro lado, la arquitectura del hierro si parece encontrar un motivo suficiente de gestación en el empuje de la innovación, asociada ésta a la revolución industrial, a la máquina, al metal, a lo tecnológico entendido también como elemento estético que lo pusiese de manifiesto, con un fuerte vínculo con lo funcional y lo práctico, hecho por el cual quizás la mayoría de estas edificaciones encuentren una justificación y fin de utilidad, bien comercial o para el desarrollo de infraestructuras urbanas.
Museo de Historia Natural de Oxford
Aún así, entre las aspiraciones de ambas arquitecturas, catedral gótica y pabellón de hierro, podemos encontrar puntos en común: la búsqueda de una nueva espacialidad poniendo de manifiesto solamente los elementos estructurales de la edificación, generando espacios diáfanos, transmitiendo una sensación de ligereza lejos de la solidez de épocas precedentes, así como la luz filtrada por el vidrio, elementos que conforman su lenguaje arquitectónico produciendo construcciones muy estilizadas. Cabe recordar que esta forma de entender el espacio se fundamenta en la basílica romana y las primeras construcciones paleocristianas de las que son herederas, algo que puede apreciarse tanto en planta como en las secciones de alzado, con su composición en naves siendo la central más alta y ancha, así como su cubierta abovedada. Por tanto, es el interés en aligerar la construcción trabajando sobre un complejo sistema estructural, así como la utilización de la luz, los elementos que distancien definitivamente la arquitectura gótica y por extensión la del hierro, de la solidez de la arquitectura romana.
Basílica de Majencio en Roma, 306 d.C.
En cuanto a esta novedosa propuesta del gótico, de plantear la arquitectura desde una estructura que pasa a ser un equilibrio de fuerzas en vez de una masa construida estática, es una idea que se traslada a épocas posteriores e influencia de algún modo a las construcciones de la arquitectura del hierro, donde no serán pocos los ejemplos en los que se recurra incluso al historicismo de estilo neo-gótico para intensificar esta influencia, como puede verse en el caso del Museo de Historia Natural de Oxford (1855-1860).
Esta idea del equilibrio dinámico estructural, así como la búsqueda de los grandes espacios interiores abovedados y la forma de utilizar la luz, representadas por el gótico o la arquitectura del hierro, definirán también conceptos constructivos más recientes, donde en esencia la estructura y su comportamiento son ya el principio de toda edificación, valorando la arquitectura como expresión de su estructura, y donde a luz que construye los espacios interiores y modela los volúmenes, pasa a considerarse como un material fundamental en el proyecto de arquitectura.
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