Texto de la Publicación: J.T.
Pero esta configuración inicial, así como sus dimensiones originales, se vieron alteradas por sucesivas reformas para la ampliación de la misma debido a la mayor afluencia de fieles al culto, aunque probablemente también para dejar huella de la personalidad y prestigio de cada gobernante, de su grandiosidad y poder en la mezquita quizás más emblemática hispano musulmana. Estas sucesivas transformaciones fueron realizadas a partir de la construcción inicial realizada por Abd Al-Rahman I y continuada por Hisham I quien terminaría el patio y levantaría el primer alminar, que sería derribado posteriormente por Abd al-Rahman III para erigir uno nuevo. Aunque a pesar de estas transformaciones se podría decir que sus sucesores hicieron reformas continuistas y respetuosas con la estética de la obra inicial, una constante de todos modos del último gran período de construcciones del islam.
De las tres grandes ampliaciones (Abd al-Rahman III solo levantaría el alminar y ampliaría algo el patio) las dos primeras llevada a cabo por Abd Al-Rahman II y Al-Hakam II, se realizan en dirección a la quibla, trasladando esta hasta el límite del rio Guadalquivir, ampliando para ello la longitud de las naves y aumentando el número de columnas. La quibla y el mirahb se trasladan a ese nuevo límite. Las ampliaciones hasta ese momento conservan la axialidad original y la misma dimensión del espacio abierto del patio donde se ubica la fuente de la abluciones. Será la ampliación de Al-Hakam la que introducirá el ya conocido esquema en “T”, con una nave central algo más amplia alineada perpendicularmente con el mirahb y la quibla, además de otras notables innovaciones constructivas y ornamentales.
Es con la tercera reforma realizada por Al-Mansur en 978 d.C. con la cual se rompe el esquema original ya que la mezquita no podía crecer más hacia el río y tampoco podía hacerlo hacia uno de sus lados, el oeste, por encontrarse allí el palacio. La única salida era el lado este, rompiendo la simetría original y ampliando simultáneamente tanto el interior como el patio, realizando así la mayor transformación en cuanto al espacio, aunque no en cuanto a la calidad constructiva y estética de esta ampliación.
En planta pueden apreciarse rastros de estas sucesivas ampliaciones, reflejadas en los gruesos apoyos que un día fueron los muros de cerramiento, así como la quibla, que no se transformó en la última ampliación y quedó del tamaño original y con el mirahb de la ampliación de Al-hakam, probablemente la mejor intervención de todas. Las transformaciones posteriores no alteraron tampoco una de sus características más anecdóticas. Se trata del muro de la quibla que no está orientado hacia la Meca, debido precisamente a estar alineado con el curso del rio, lo que la convierte en la única mezquita con esta disposición.
El espacio resultante es un imponente espacio de 178x128 metros, lo que la convierte en la tercera mezquita más grande del mundo islámico. Sin embargo su tamaño solo será un aspecto de la aportación a la arquitectura del mundo arábigo andaluz y magrebí. la mezquita de Córdoba refleja claramente no solo la flexibilidad de esta tipología para el culto del islam, sino fundamentalmente la interpretación del volumen espacial así como la original dualidad entre función y decoración.
La planta de la Mezquita de Córdoba (siglos VIII-X) responde al esquema básico y primigenio de la Mezquita árabe, con una parte abierta o patio y una cerrada formada con naves sostenidas sobre pilares si apenas particiones, resultando ambos espacios cuadrangulares, continuos y diáfanos, un reflejo de las necesidades de la oración del islam. Inicialmente la mezquita presentaba una planta casi axial en su composición, con el alminar junto a la entrada prácticamente alineado con mirhab en su lado opuesto y las naves perpendiculares a la quibla.
Pero esta configuración inicial, así como sus dimensiones originales, se vieron alteradas por sucesivas reformas para la ampliación de la misma debido a la mayor afluencia de fieles al culto, aunque probablemente también para dejar huella de la personalidad y prestigio de cada gobernante, de su grandiosidad y poder en la mezquita quizás más emblemática hispano musulmana. Estas sucesivas transformaciones fueron realizadas a partir de la construcción inicial realizada por Abd Al-Rahman I y continuada por Hisham I quien terminaría el patio y levantaría el primer alminar, que sería derribado posteriormente por Abd al-Rahman III para erigir uno nuevo. Aunque a pesar de estas transformaciones se podría decir que sus sucesores hicieron reformas continuistas y respetuosas con la estética de la obra inicial, una constante de todos modos del último gran período de construcciones del islam.
De las tres grandes ampliaciones (Abd al-Rahman III solo levantaría el alminar y ampliaría algo el patio) las dos primeras llevada a cabo por Abd Al-Rahman II y Al-Hakam II, se realizan en dirección a la quibla, trasladando esta hasta el límite del rio Guadalquivir, ampliando para ello la longitud de las naves y aumentando el número de columnas. La quibla y el mirahb se trasladan a ese nuevo límite. Las ampliaciones hasta ese momento conservan la axialidad original y la misma dimensión del espacio abierto del patio donde se ubica la fuente de la abluciones. Será la ampliación de Al-Hakam la que introducirá el ya conocido esquema en “T”, con una nave central algo más amplia alineada perpendicularmente con el mirahb y la quibla, además de otras notables innovaciones constructivas y ornamentales.
Es con la tercera reforma realizada por Al-Mansur en 978 d.C. con la cual se rompe el esquema original ya que la mezquita no podía crecer más hacia el río y tampoco podía hacerlo hacia uno de sus lados, el oeste, por encontrarse allí el palacio. La única salida era el lado este, rompiendo la simetría original y ampliando simultáneamente tanto el interior como el patio, realizando así la mayor transformación en cuanto al espacio, aunque no en cuanto a la calidad constructiva y estética de esta ampliación.
En planta pueden apreciarse rastros de estas sucesivas ampliaciones, reflejadas en los gruesos apoyos que un día fueron los muros de cerramiento, así como la quibla, que no se transformó en la última ampliación y quedó del tamaño original y con el mirahb de la ampliación de Al-hakam, probablemente la mejor intervención de todas. Las transformaciones posteriores no alteraron tampoco una de sus características más anecdóticas. Se trata del muro de la quibla que no está orientado hacia la Meca, debido precisamente a estar alineado con el curso del rio, lo que la convierte en la única mezquita con esta disposición.
El espacio resultante es un imponente espacio de 178x128 metros, lo que la convierte en la tercera mezquita más grande del mundo islámico. Sin embargo su tamaño solo será un aspecto de la aportación a la arquitectura del mundo arábigo andaluz y magrebí. la mezquita de Córdoba refleja claramente no solo la flexibilidad de esta tipología para el culto del islam, sino fundamentalmente la interpretación del volumen espacial así como la original dualidad entre función y decoración.
BIBLIOGRAFÍA
-Historia del arte de la antigua edad media. Mª Teresa González, Esther
Alegre, Genoveva Tusell. Editorial Ramón Areces. 2011
-Una Historia del
Arte Universal. Ramón Otero Pedrayo. Editorial Galaxia. 2004
-Historia del arte de la antigüedad. Johann Joachim Winkelmann. Ediciones
Akal. 2011
-El saber de la arquitectura y de las artes: la formación de un ámbito de
conocimiento desde la antigüedad hasta el siglo XVII. Marta Llorente Díaz.
Edición de la Universidad Politécnica de Barcelona. 2000
-La arquitectura en sus planos. Hans Koepf. Editorial Cátedra
-Diccionario de arquitectura. Nikolaus Pevsner, John Fleming, Hugh
Honour. Alianza Diccionarios
-El Islam, de Córdoba al mudéjar. Gonzalo M. Borrás Gualis. Editorial
Silex. 1997
-La Arquitectura Islámica en Andalucía. Marianne Barrucand, Achim
Bednorz. Tachen.1992
-Las claves de la arquitectura. Antonia María Perelló. Editorial
Planeta.1994
-Breve Historia del Arte. David Giralt. Editorial Globo. 1997
-La Alta Edad Media. Julio Valdeón. Anaya. 1992
-Historia del Arte, historia, lenguaje, épocas, estilos. Maria Carla
Prette, Alfonso de Giorgis. Susaeta
Imágenes: Wikipedia