Estatua de Ramses II en el Louvre: Ramses II y el programa de personalización de la estatuaria en el antiguo Egipto

Se trata de una estatua masculina sedente con las manos reposando sobre los muslos. De formato colosal y  realizada en piedra, representa claramente a un faraón, algo que podemos apreciar al ir ataviada con faldellín, barba postiza, nemes y uraeus, todos ellos atributos de realeza. También porta inscripciones jeroglíficas en su base así como en la hebilla del cinturón indicando el nombre de Ramsés II y sus títulos. La obra se encuentra en el Museo del Louvre en París.

Creada bajo el largo reinado de Ramses II, la escultura, aunque presenta inscripciones con el nombre de Ramses en la hebilla del cinturón, en la espalda y el los lados del trono sobre el que se encuentra sentado, ha estado rodeada durante algún tiempo de cierta polémica en cuanto a la procedencia original de la misma. Al parecer algunos autores apuntan las evidencias sobre ciertos retoques y reconstrucciones que han llevado a pensar que la estatua pertenecía originalmente a un predecesor suyo: Amenhotep III, y que posteriormente Ramses II habría mandado reconstruir para adaptarlo a la representación de sí mismo y esto no sería extraño pues si se tiene constancia de la usurpación por parte de Ramses II de algunos monumentos incluido el de su padre Seti I.

Pero este hecho no ha quedado demostrado, estos rastros de alteraciones en su talla pueden deberse perfectamente a fracturas en su traslado desde su sitio original a la ciudad de Pi-Ramses o debido a modificaciones por las procesiones de los jubileos ceremoniales de Ramses II, o quizás a algún traslado posterior a Tanis, donde fue encontrada, del que si existe constancia.

Cuando se usurpaba la identidad de una imagen, bastaba con sustituir el nombre del cartucho, práctica que puede encontrarse con facilidad, porque se asentaba en la creencia de que una imagen solo adquiere una identidad determinada cuando se le dota de un nombre, su parecido físico era una importancia de segundo orden. Sin embargo Ramses II si tenía al parecer especial interés paulatino en que sus representaciones fuesen alejándose del idealismo y reflejasen sus rasgos personales, quizás utilizado como un arma de política propagandística, y es posible que los cambios se realizasen no ya para tapar una identidad anterior, sino simplemente para adaptar a sus rasgos esculturas suyas inicialmente demasiado “neutras” para su criterio, y que con el paso de los años de su largo gobierno de 66 años, no creyendo suficiente la inscripción con su nombre, decidiese la revisión de la escultura.

Esta obra aunque dentro de los cánones hieráticos y continuistas de la escultura y artes decorativas del antiguo Egipto, forma parte de un claro  representativa del faraón por parte de Ramses II con fines propagandísticos. Su política de construcción de obras colosales también afectó e impulsó la realización de obras escultóricas de tamaño colosal que pretenden, aún más si cabe, transmitir la fuerza del poder ejercido. Esta ampliación de escala sin embargo no impidió un alto grado de refinamiento en las tallas, la construcción de esculturas de proporciones armoniosas y rasgos suavemente delineados, aunque siempre tratando de transmitir de fuerza y solidez. Que guarda una perfecta armonía con las arquitecturas a las que iban destinadas y a las que Ramses II se dedicó a levantar incansablemente durante su reinado.

Esta escultura colosal está realizada en diorita, roca granular caracterizada por sobre todo por sus feldespatos y minerales que ofrecen un aspecto oscuro y la virtud de adquirir un aspecto brillante tras el pulimento. Es una piedra costosa de trabajar por su dureza y más escasa que las calizas, de modo que, al contrario que otras piedras, está destinada a dejarse sin policromar buscando un pulido más fino en las terminaciones que potencien las cualidades del material. El tamaño de la escultura indica además, que estaría destinada a ser expuesta en un lugar cerrado, pues aunque es grande, es mucho menor que otra estatuaria de Ramses II para espacios públicos al exterior donde alcanzarían decenas de metros de altura.


Bibliografía

-Grandes civilizaciones del Pasado. Egipto. Alberto Siliotti. Editorial Folio
-El paisaje del Hombre. Geofrey y Susan Jellicoe. Editorial GG
-Arte Egipcio. Rose-Marie y Rainer Hagen. Editorial Taschen
-La arquitectura en sus planos. Hans Koepf. Editorial Cátedra
-Arte y Arquitectura del Oriente Antiguo. Henri Frankfort. Manuales de Arte Cátedra
-Diccionario de arquitectura. Nikolaus Pevsner, John Fleming, Hugh Honour. Alianza Diccionarios
-Diccionario de materias y técnicas (Tesauro). Stefanos K. Kroustallis. Secretaría General Técnica, Ministerio de Cultura 2008
-Técnicas y Medios Artísticos. Esther Alegre, Genoveva Tussell, Jesús López. Editorial Ramón Areces
-Historia del arte antiguo en Egipto y Próximo Oriente. Cruz Martínez, Consuelo Gómez, Amaya Alzaga. Editorial Ramón Areces